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Tratar el agua con cloro significa que toda bacteria potencialmente peligrosa es erradicada, lo que contribuye a su garantía sanitaria y a la protección de la salud pública. Nuestra responsabilidad es regular su concentración. Según la normativa estatal,la concentración de cloro no debe superar el valor de 1 mg/l); además, esta legislación recomienda que haya un nivel mínimo de cloro residual libre de 0,2 mg/l en todos los puntos de la red de distribución.
En Aigües de Barcelona, trabajamos con unas concentraciones medias de unos 0,5 mg/l. Esto lo conseguimos controlando el nivel de cloro continuamente durante toda la red de distribución. Este análisis permanente se debe a que el cloro desaparece en función del tiempo y la temperatura, lo que debe evitarse para asegurar una desinfección con todas las garantías.
En caso de que durante el recorrido que el agua sigue desde las plantas potabilizadoras hasta tu casa se detecte un nivel bajo de cloro, inferior al límite indicativo establecido, desde la misma red de distribución se dosifican pequeñas cantidades de cloro, con el objetivo de garantizar la calidad sanitaria del agua. Todo el proceso se encuentra monitorizado en continuo y automatizado y se puede gobernar desde el Centro de Control.
Así, cada vez que notes este ligero sabor u olor a cloro, piensa que estás bebiendo agua segura, para ti y para toda tu familia.